lunes, 13 de agosto de 2007

Elegía






La niña, rosa sentada.

Sobre su falda,

como una flor,

abierto, un atlas.

¡Cómo la miraba yo

viajar, desde mi balcón!

Su dedo, blanco velero,

desde las islas Canarias

iba a morir al mar Negro.

¡Cómo la miraba yo

morir, desde mi balcón!

La niña, rosa sentada.

Sobre su falda,

como una flor,

cerrado, un atlas.

Por el mar de la tarde

van las nubes llorando

rojas islas de sangre.




Rafael Alberti



4 comentarios:

Diego dijo...

Un bonito poema, sin lugar a dudas.
¿Aunque no va siendo hora de que cuelgues perlas tuyas jefe? :D

Un saludo.

José de Andrés dijo...

Echate unas letras tu...que esto no es un examen...xDD

Eyaculaciónpostmortem dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
clan dijo...

Vebga gabri actualiza que tienes esto muerto